Adán

Bronce, fundición de bisagras - 58 x 30 x 13 cm

Adán de MIROGI

En la obra “Adam”, MIROGI revisita el momento primordial de la humanidad, aquel en el que el hombre despierta a su propia conciencia. Esculpida en bronce con unas dimensiones de 58 x 30 x 13 cm, esta escultura evoca tanto la fragilidad como la fuerza intrínseca del ser humano.

El cuerpo de "Adán", plegado sobre sí mismo, parece descansar en una posición de meditación o descanso, pero también está imbuido de una tensión palpable, como si estuviera renaciendo o recomponiéndose después de una caída. . La musculatura sutilmente definida y la postura protectora sugieren una mezcla de introspección y vulnerabilidad. Cada línea y curva de esta escultura está cuidadosamente elaborada para capturar la intensidad emocional de este momento original.

MIROGI, con sus conocimientos de anatomía y fisioterapia, consigue infundir al bronce una sensación de carne viva y respiración suspendida. La superficie patinada de la escultura refuerza esta impresión de vitalidad, al tiempo que proporciona una profundidad visual que cambia con la luz, revelando detalles ocultos en la luz y la sombra.

“Adán” no es sólo una representación de la forma humana; es un reflejo de nuestro estado de ser, un espejo de nuestros propios momentos de duda y resiliencia. MIROGI nos invita a contemplar el alma de este hombre que encarna la humanidad misma, captando la esencia de lo que significa estar despierto, tanto espiritual como físicamente. Es una pieza que encontrará su lugar en cualquier espacio, trayendo consigo una presencia poderosa y serena, un testimonio de la belleza de la existencia humana en su forma más pura.